Vicente Suárez mide un metro 90, es activo y movedizo. Juega de nueve en La Caldera y se estiró como si estuviera jugando el Mundial para abrir con un cabezazo perfecto el camino a una nueva victoria de su equipo. Al frente, Defensores, que está frenado entre los tres últimos de la tabla senior, tendría que empezar a arriesgar para conseguir al menos un empate.
Suárez no es delantero. Es arquero. Tuvo inferiores en Unión Española y para este encuentro pudo haber estado perfectamente cuidando su portería, porque el guardameta titular estaba lesionado y suspendido. Le ofrecieron ponerse los guantes, a él y a Matías Valdecantos, el mejor jugador del equipo, y fue este último el que aceptó primero.
Aquí viene lo curioso: Valdecantos no es arquero, es delantero, pero su técnico, Rodrigo Cordero, el Rolo, dice que puede jugar en cualquier puesto. “Tiene la disciplina, maneja todas las posiciones y es de los más comprometidos con Caldera. Está dispuesto a sacrificar su opción de ir arriba”, explicó Cordero.
Fue así como con un delantero jugando al arco y un arquero moviéndose cual Martín Palermo entre los centrales de Defensores, La Caldera construyó una serie de oportunidades de gol que, para fortuna de los celestes, fueron todas desperdiciadas. Para sorpresa de todos, David Díaz puso el empate con un tiro muy potente que se coló en el ángulo derecho de Valdecantos. Entonces, vino el error de Defensores: salir a buscar la victoria y abandonar el juego defensivo cerrado que tanto complica a sus rivales.
José Antonio Herrera, otro de los jugadores destacados de La Caldera, marcó el 2-1 y dejó a su equipo invicto y en la punta, con 23 puntos, los mismos de Vikingos, al término de la novena fecha.
“La buena campaña de Caldera se refleja en que todos peleamos un puesto y nos matamos dentro de la cancha”, comentó el zaguero Jaime García. Su entrenador, el Rolo, confirma ese diagnóstico, pero agrega un detalle que no todos alcanzan a notar: este sábado, por ejemplo, Cordero tenía 24 jugadores a su disposición ante Defensores. “Estamos haciendo las cosas bien, somos hartos y están todos motivados. Es difícil dirigir a tus amigos y dejarlos a todos felices, pero trato de hacerlo. Nuestro objetivo, en todo caso, es ganar la liga”, dijo el DT de los rojos. Por cierto, él tampoco es técnico, sino jugador, pero este año le pidieron que dirigiera y ahí está intentando dejar contentos a sus compañeros y al club.
La Caldera 2
Defensores 1