«Comencé jugando en las inferiores de Colo-Colo a los 12 años. En ese tiempo jugaba de central. Tras dos años ahí, partí a Magallanes, también como central. Fue en el «Manojito de Claveles» donde El Profe en un partido que se lesionó el arquero me puso en este puesto. Al profe, en ese momento, le gustó como jugué y comenzaron a entrenarme bajo los tres palos. Recuerdo a un profesor que fue importante, el Coto Acevedo, que en Magallanes me alentaba: » Juegas bien, quédate para siempre en el arco”, decía. Él fue uno de los que me vio cualidades y en mi las potenció. Así fue como a las 15 años ya era arquero con todas las de la ley. Era relativamente alto para mi edad y me posicionaba bien en el arco con buenos reflejos y reacciones.
En Vikingos, en la Liga San José, comencé de a poco. Sólo hacía mi trabajo como arquero y me iba a casa. Luego con el tiempo fui conociendo más a mis compañeros y ahora son mis amigos, los que todo el tiempo me están dando confianza para seguir adelante. Ha pasado tiempo, y he alcanzado algunos logros, convirtiéndome en uno de los jugadores más antiguos del equipo y bien reconocido en la Liga San José. Estoy trabajando para mejorar mi ímpetu, o mi mal genio, lo que debo mejorar para aportar aún más al equipo. También, sé que siempre debo crecer futbolísticamente y en el aspecto físico debo mejorar aún mas. Les cuento que me gustaría seguir muchos años en Vikingos y ganar una Copa de Campeones que ha sido esquiva para nosotros. Quiero jugar hasta que mi cuerpo lo permita a buen nivel, para eso estoy trabajando y enfocado. Quiero seguir siendo uno de los mejores arqueros de las ligas. Quiero seguir siendo elegido como el mejor arquero de los campeonatos que juego».