“Nos levantamos tempranito para acompañar a Jaime a la liga. Al principio iba a ir solo con nuestro hijo menor que es igual de futbolero que su padre, pero esta vez también nos motivamos las mujeres. Así que fuimos en familia para compartir al aire libre, en torno al deporte y con el grupo de amigos de Cocodrilo, que se ha formado y ha crecido durante muchos años.
En lo personal, me gusta que se transmita ese espíritu de ir temprano a hacer deporte el sábado en la mañana. A mantenerse activos, estar con amigos y siento que, a través del fútbol y otros deportes, los niños maduran y aprenden mucho: buscan superarse, apoyarse en otros, levantarse después de una derrota y a valorar el rol diferente de cada miembro de un equipo. También, con el fútbol, me gusta ver que ellos disfruten las cosas simples de la vida”