“Extrañaba jugar los sábados por “La Acadé”. En el reinicio, anduvimos bien en los amistosos y tenemos un muy buen grupo en el que estamos todos muy motivados. La verdad es que fue lindo volver a la Liga, ganar y meter el gol del triunfo: Me quedó en la línea, sólo tuve que empujarla, pero hay que estar ahí, jeje.
Juego con Octo (Octavio Barticciotto, su hermano) en todas las ligas desde siempre. Jugamos también juntos por la selección de la universidad y siempre lo he llevado a los equipos en los que he estado. En la cancha nos complementamos muy bien y entendemos a la perfección. Los dos jugamos arriba. Él es más de recogerse y cuando toma el balón, levanta la cabeza, y yo le pico porque sé que me la va a tirar. Además en Academia como jugamos con 3 arriba, me ponen por la banda y yo soy de ir hasta la línea de fondo y sacar el centro. Él siempre está ahí, en el centro, y así hemos hecho muchos goles.
El partido del sábado estaba apretado. Les describo la jugada clave: fue iniciada por Paolo por la izquierda que le metió un pase a Octavio. Él, con el control del balón se sacó al defensa y le quedó para la zurda. Cuando pasó eso, yo empecé a picarle al centro. El arquero dió un paso y Octavio le pegó cruzado. Estaba todo listo para el gol de mi hermano pero pegó en el palo. Como nadie me siguió quedé frente al arco y al arquero. Y justo me quedó la pelota entre el punto penal y la línea así que le pegué bien: ¡A celebrar!
La celebración fue especial ya que, como les contaba, nos gusta jugar juntos. Siempre celebramos y nos ponemos contentos cuando el otro hace un gol. Fue un duro partido en el que volvíamos a la cancha después de mucho tiempo. Y todo esto fue muy lindo para el equipo”.