“Lo importante de estar en la buenas y en las malas con el equipo habla de la pasión por el fútbol. Pese a que estoy lesionado, decidí ir a la liga porque la motivación y el compromiso con el Club es gigante. Las ganas de estar en la cancha no me las quita nadie y como no puedo estar adentro voy a ir a alentar y a ayudar en lo que pueda. En mi Club, Hijuela, somos como una familia en la que venimos todos de un mismo colegio. Por ejemplo, por mi lesión todos me preguntaban “qué onda en la clínica” y se notaba preocupación de mis compañeros. A nosotros la liga no nos queda muy cerca ya que venimos generalmente de Buin pero eso no es problema cuando se trata de ir a jugar y a alentar al equipo. Para Hijuela cada partido es una final y hay que estar en todas: dentro o fuera de la cancha. Sobre mi lesión, les cuento que en el partido frente a Fenónemos en una pelota larga iba corriendo contra el delantero y pisé mal. Con muy mala suerte el delantero cayó encima de mi pie. Con mi recuperación voy con todo con las sesiones de kinesiología y con ganas de poder volver a la cancha lo más rápido posible para jugar las fechas finales del Campeonato”.