«Lo que tiene la Caldera, es sin lugar a dudas, una historia muy larga de amistad, tanto dentro como fuera de la cancha, lo que ha llevado a que el Club traspase sus fronteras de generación en generación. Hemos logrado que tanto hijos, señoras, amigos, amigas y papás de jugadores, vayan a ver buen fútbol, sábado a sábado, y a pasarlo bien con gente que ya consideran sus amigos. La Caldera, es un club que tiene un lazo muy fuerte tanto en los jugadores como en la hinchada. En este caso me acompaña mi sobrino, Pedro Gil (en la foto), de 9 años, el que sabe mucho de fútbol.
Como les contaba, La Caldera, es una gran familia. Y con el tiempo se ha dado una muy buena relación entre los hijos o sobrinos de jugadores y los están al borde de la cancha, que sin pensarlo se hacen cargo de cuidarlos y estar pendientes que nada les pase. Pienso que es clave que vayan los niños a la liga. Se crean lazos. A ellos los saca de la rutina de la semana y se transforma en un gran panorama en torno al deporte y a la familia. Así también la Liga San José crece cada vez más: con más gente interesada en pasarlo bien todos los sábados. Siento que con todo lo que sucede cada sábado, la Liga San José es un lugar donde hay vida. Por eso y por muchos otros motivos considero que es una de las mejores de Santiago».