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Mi trayectoria futbolística comienza gracias a un profesor llamado Skandar Duk de la Escuela de Fútbol en el Estadio Sirio que fue la primera persona que me dijo que yo podía jugar de central. A esa escuela asistí por muchos años junto a mis amigos de la vida del Colegio Amanda Labarca. Armamos un equipo muy competitivo. Aprendimos juntos y formamos la selección del Estadio y del Colegio. Ganamos campeonatos muy destacados, incluso fuimos entrenados durante dos años por el ex futbolista y campeón de la Copa Libertadores de América con Colo-Colo: Rubén Espinoza. Él nos enseñó a manejar la técnica y el posicionamiento dentro de la cancha cuando recién teníamos diez años. La verdad es que esos campeonatos son los que más recuerdo por el hecho de jugar con amigos, competir y ganar bien. Copa Copec, Campeonatos Inter-Estadios, Copas Comunales, entre otros.  Recuerdo que jugaba la mayoría de las veces como volante de contención izquierdo o central, ya que soy zurdo. Pero más allá de ese fútbol competitivo a nivel escolar, sin duda, que los partidos que más me gustaba jugar y los que esperaba toda la semana eran las pichangas de viernes por la noche con mi viejo, sus amigos y algunos tíos. Con ellos es donde más aprendí. A mi papá lo iba a ver jugar desde los dos años. Todas las semanas. Cada partido que él jugaba ahí estaba yo. Curiosamente, terminé jugando con ellos. Fui parte del equipo, parte de la lista y muchas veces, mis amigos, los mismo que partieron conmigo en mi formación, también terminaron siendo parte de estas pichangas. Nada mejor que jugar con tu viejo.

Toda mi vida quise ser futbolista. Mis viejos nunca estuvieron muy de acuerdo y eso que ellos aman el fútbol. Pero me apoyaron siempre, luchaban y estaban en todas conmigo. Mi vieja se mandaba piques por mí a donde sea. Me llevaba a todas partes. Recorrimos Santiago muchas veces. Pese a que me fui a probar a varios equipos de fútbol profesional, pasó el tiempo y y me dediqué más al colegio. Yo siempre vi el fútbol como algo que no quiero nunca dejar de hacer, porque es lo que más me gusta, pero tampoco quería dedicarle todo mi tiempo y las oportunidades en la vida se presentaron en otros ámbitos. 

Jugar de central, es el único puesto que “domino” y que me gusta. Es de mucha responsabilidad, pero eso lo hace más entretenido y desafiante. Salir jugando, mantener la calma, llegar bien a los cruces, hablar – gritar – mañosear, es algo que sólo lo vive un central. En esa posición celebras que salvaste un gol en contra y haces todo lo posible para transmitir seguridad y tranquilidad a tus compañeros. Además, hay que manejar los tiempos en la cancha. Mi equipo, Superior, lo defino como una familia, aunque sea una frase repetida por muchos. Somos un grupo de cabros, casi todos del mismo colegio que aman el fútbol. Priorizamos la amistad. Nunca una crítica entre nosotros es para perjudicar a otro. Siempre tratamos de tirar para arriba. Somos un equipo tremendo.  Yo, llegué a Superior en 2018 por una invitación de un amigo para jugar con él de central. Lo divertido es que él nunca más jugó y se fue a otra liga y yo me quedé acá. A pesar que era nuevo en el equipo conocía a la familia Valdivieso y a Fede Valdés, entre otros. Es un placer jugar con ellos, siento un compromiso tremendo. Me despierto cada sábado demasiado feliz por ir a jugar y eso trato de reflejarlo en la cancha. Sé que debo mejorar muchas cosas. Mi exceso de intensidad y pasión hace que muchas veces se exalte mi temperamento. Mi relación con los árbitros no es muy buena y me he hecho expulsar tontamente; y sí intento transmitir tranquilidad con mi juego, debo hacerlo también con el carácter. Por supuesto que el físico y los movimientos tácticos hay que mejorarlos siempre, ya que en la Liga San José hay jugadores y equipos rápidos, muy físicos y técnicos. Debemos estar todos estar a la altura del Campeonato. Por eso, creo que el fútbol va más allá de un deporte. Debemos vivirlo diariamente. Hasta es parte de un estilo de vida: jugando mucho, viendo, escuchando y conversando de él. Más encima, este deporte, el fútbol, te lleva a conocer personas, amigos y equipos muy importantes que quedan para siempre.