En Dinamiteros se siente un espíritu especial. Hay quienes se motivan en la semana y el sábado prefieren ver jugar al equipo en la liga antes que ir al estadio. Ocurre muy a menudo con hermanos menores, pololas, hijos, ex compañeros de universidad o del colegio. “Lo que nos une, más que el gusto por el fútbol, es la amistad. Este es un grupo muy unido, que surgió en la B, ascendió y ahora es de la mitad de la tabla, pero lo importante es que hemos armado una familia”, dice el jugador junior Iñaki Astaburuaga.
Siempre que juega Dinamiteros, al borde de la cancha se mezclan entre los jugadores al menos cinco personas que van solamente a alentar. Les gusta compartir, les entretiene pasar el sábado en la San José. Cuenta Astaburuaga que desde el núcleo del equipo “meten muy buena onda y hacen que todos estemos felices”, que todos lloren las derrotas y que todos celebren las victorias; da igual, lo que importa es simplemente juntarse, simplemente pasar el sábado con los amigos, simplemente Dinamita.